jueves, 12 de enero de 2012

Roy Lichtenstein

Roy Lichtenstein, junto a Andy Warhol, el representante más destacado del Pop-Art.
Fascinado por la imagen como imagen, cuando le preguntaron por qué pintaba cuadros de cuadros, respondió que "de alguna manera, es lo que han hecho siempre los pintores". Porque, según él, cuando en el pasado un artista se colocaba frente a su modelo para pintarla, a lo que aspiraba era a convertirla en un cuadro. "Un buen artista quiere pintar un buen cuadro y, de hecho, esa es la razón por la que se conforma con su modelo como punto de partida". Para Lichtenstein lo más importante no era la modelo, sino el cuadro.



Sus historietas de cómics, como Good Morning, Darling, son ampliaciones de los personajes de los dibujos animados, reproducidas a mano, con la misma técnica de puntos y los mismos colores primarios y brillantes que se utilizaban para imprimirlos.







Por otro lado, sus esculturas también recuerdan el mundo del cómic. En el Paseo Colón de Barcelona puede contemplarse esta "Cap de Barcelona".

En 1964, la revista Life publicó un artículo en el que el autor se preguntaba si Roy Lichtenstein era el peor artista de Norteamérica. Cuarenta años después, los cuadros pop de Lichtenstein, basados en tiras cómicas, anuncios de periódico y reproducciones de bellas artes, se venden tan caros como las obras de Renoir y Monet.


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